Santiago Nasar: Hombre de 21 años que abandona los estudios
de secundaria cuando su padre fallece y tiene que dirigir el Divino Rostro, una
hacienda que su padre le dejó en herencia. Es soñador, alegre, pacífico,
afable, formal y creyente. Vive en su casa con su madre (Placida Linero), la
sirvienta (Victoria Guzmán) y la hija de ésta (Divina Flor). Tenía pensado casarse
con Flora Miguel.
Bayardo San Román: Ingeniero de trenes, bien vestido,
galante con las mujeres, culto. Tenía dinero y le gustaban las fiestas con
algarabía. Honrado, afable y buen conversador. Hombre de gran poder económico
cuya edad ronda los 30 años aunque muy bien guardados. Decidió casarse con
Ángela Vicario consultando en primer lugar a la familia y no a ella, y para
hacerla feliz cumplió todos sus caprichos pre-nupciales. Después la devolvió al
descubrir que no era virgen. Su familia estaba conformada por cuatro personas
más, la madre Alberta Simonds, dos hermanas y su padre el general Petronio San
Román.
Ángela Vicario: Madura después de lo ocurrido y se vuelve
ingeniosa, aunque prefiere ocultar la verdad sobre lo ocurrido. Prima del
narrador. Flamante novia y devuelta esposa de Bayardo San Román al descubrir
que no era virgen. Es la hija menor de una familia machista de recursos
escasos. Vivía con su padre que estaba casi ciego (Poncio), madre (Pura) y
hermanos (Pedro y Pablo). Tenía además dos hermanas mayores que ya se habían
casado. Ángela era muy bonita y su aspecto era de monja.
Pedro
y Pablo Vicario: Los hermanos de Ángela son los encargados de devolver la honra
perdida a la familia. Ninguno de los deseaba pasar por ese trance porque no
eran hombres violentos, de modo que intentaron, sin lograrlo, que otros
realizaran ese cometido. Muestran tener una relación simbiótica pues Pablo se
ve como una persona pasivo-dependiente ante Pedro, poseen un carácter un tanto
agresivo y prepotente que bien lo podríamos encasillar en el tradicional machista.
Al final, son víctimas de la presión del código de honor del pueblo, sin llegar
a desearlo del todo deben matar a Santiago.
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